Wiki Fanon Cuarentamil
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Tras asegurar la posición y confirmar de que no había ningún enemigo más cerca reunió a sus soldados.
 
Tras asegurar la posición y confirmar de que no había ningún enemigo más cerca reunió a sus soldados.
   
-Bien hecho hermanos -Dijo el Capitán a su escuadra para, seguidamente, mirar al apotecario- Hermano apotecario, quedate aquí con un par de hermanos para atender a nuestro herido y retirar la sagrada semilla genética del capítulo del cuerpo del hermano Jounus. Luego dirijios hasta la trinchera doce. La Guardia ha montado una cabeza de playa muy bien asegurada, y vuestra ayuda les vendría bien para que así siga siendo- Proclamó el capitán, que avanzó junto a tres hermanos de batalla para poder apoyar a su asistentes.
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-Bien hecho hermanos -Dijo el Capitán a su escuadra para, seguidamente, mirar al apotecario- Hermano apotecario, quedate aquí con un par de hermanos para atender a nuestro herido y retirar la sagrada semilla genética del capítulo del cuerpo del hermano Jounus. Luego dirijios hasta la trinchera doce. La Guardia ha montado una cabeza de playa muy bien asegurada, y vuestra ayuda les vendría bien para que así siga siendo- Proclamó el capitán, que avanzó junto a tres hermanos de batalla para prestar apoyo a los soldados de la Guardia Negra que debian ahber venido a auxiliarlos.
   
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Strelok y los tres Guardias de la Sombra corrieron rapidamente entre los edificios que parecían a punto de desplomarse con una evidente tensión reflejada en su rostro. No era la primera vez que esto ocurria, pues la gigantesca ciudad en ruinas se habia transformado en un lugar perfecto para el tipo de lucha de los herejes, que tendían emboscadas continuamente a sus equipos, y eso le preocupaba.
   
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El avance de la fuerza de combate Imperial era exasperantemente lento. Daba igual cuantos enemigos mataran, cada vez aparecian más y mejor armados. La toma de la Forja-Fortaleza de Nox debia reializarse de inmediato o aquella campaña duraria siglos.
   
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Los astartes giraron una esquina y llegaron al lugar donde sus refuerzos deberían estar combatiendo por sus vidas.
   
 
-¿Qué ha sucedido aquí, sargento?-Dijo el capitán con tono autoritario mientras obsevaba a decenas de soldados renegados muertos, unos a causa de los proyectiles de artillería y los bolteres pesados del Russ, otros por los rifles láser. Sin embargo la mayoría mostraban las desgarradoras y profundas heridas en sus cuerpos destrozados propias de las espadas sierra y heridas de bala claramente hechas por armas bolter.
   
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-Fueron Ángeles, capitan. Ángeles Rojos que llegaron del cielo- Replicó el sargento con los ojos muy abiertos, aun asimilando el hecho de que siguieran vivos.
Strelok caminó, llevaba casi cinco minutos caminando entre edificos que parecían a punto de desplomarse con una tensión en su rostro, sabía que estos cabrones tendían emboscadas continuamente a sus equipos, y eso le preocupaba......Hasta que llegó al lugar donde sus refuerzos deberían estar combatiendo por sus vidas.
 
   
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Strelok suspiro para sus adentros. Pese haber salido de Atlan y haberse culturizado en los regimientos de la guardia, la mayoria de los soldados pertenecientes a la Guardia Negra seguían contando las cosas de forma idealizada. Fruto de su antiguo modo de vida, mucho más primitivo y ageno a la tecnología que la mayoria de los humanos.
-¿Qué ha sucedido aquí, sargento?-Dijo el capitán con tono autoritario mientras obsevaba a decenas de soldados renagodos muertos, unos a causa d los proyectiles de artillería y los bolteres pesados del Russ, otros por los rifles láser, pero otros mostraban cortes similares a los de espadas sierra y heridas claramente hechas por armas bolter.
 
   
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-Llegaron volando a salvarnos- Intervino otro soldado, con un fuerte vendaje ensangrentado cubriendole la frente y con la armadura antifrag negra llena de polvo- Descendieron con sus alas de fuego y cayerón sobre ellos. Fue increible capitán, solo eran cinco pero los herejes no tuvieron ninguna oportunidad a pesar de que los superaban diez a uno. Sus armas rugian y teñian aun más de rojo sus armaduras y cuando ya no quedo nada que matar se despidieron y se fueron volando tan rápido como llegaron en dirección hacia la Fortaleza.
-Fueron Ángeles Rojos.-Replicó el soldado, que, pese haber salido de Atlan y haberse culturizado seguía contando las cosas de forma idealizada.-Llegaron volando a salvarnos, mataron a los enemigos que mas nos jodían la vida y se fueron volando igual de rápido en dirección a la Fortaleza.-Terminó de aclarar el soldado de la Guardia.
 
   
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El Capitán de la Guardia Negra fruncio levemente el  ceño. Tenia una ligera idea de que tipo de ''Ángeles'' podían haber socorrido a aquellos hombres.
-Entiendo. Mantened la posición y cread una zona de aterrizaje segura, aunque esos ''Ángeles'' os hayan salvado, prefiero que nos salven hormbres armados.-Aseguró el marine, qe dirigió a sus tres hermanos hacia la Forja-Fortaleza, recordando el informe de hace unas horas sobre la llegada de otros astartes aliados. 
 
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-Entiendo. Mantened la posición y cread una zona de aterrizaje segura para nuestras tropas y que os releven. Aunque esos ''Ángeles'' os hayan salvado, prefiero que lo hagan hombres armados-Aseguró el marine, que dirigió a sus tres hermanos hacia la Forja-Fortaleza, recordando el informe de hace unas horas sobre la llegada de otros astartes aliados. 
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No eran Ángeles exactamente.
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Sino mas bien Arcángeles, Arcángeles Rojos.
 
[[Categoría:Relatos de Horus]]
 
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[[Categoría:Relatos de Adri]]
 
[[Categoría:Relatos de Adri]]

Revisión del 19:47 1 ene 2014

Zortria Secundus, uno de los mundos con mejor infraestructura de su sector. Sus plantaciones hidropónicas abastecían a practicamente la totalidad de la población planetaria. Sus fundiciones y forjas producían todo tipo de material para la Guardia y la Flota Imperial. Era un valiosos activo estratégico y económico para el Imperio.

Y todo estos engranajes de su formidable capacidad de gestión y producción debían ser agradecidos al cogitador arcanotecnológico, encerrado en la Forja-Fortaleza de Xon, en la que el consejo de tecnócratas gobernantes desempeñaban su papel para con su pueblo....

Hasta que sustituyeron al pueblo por sus propios deseos.

Durante meses, la soledad de la fortaleza hizo mella en los gobernantes que, en cuestión de años, acabaron por abrazar el Caos bajo el estandarte del Dios del Cambio. En pocos meses la totalidad del planeta hizo lo mismo, atrayendo a grupos de saqueadores y renegados caóticos bajo el amparo de este mundo, provocando por todo su subsector una oleada de violencia y destrucción, que obligó a responder a la Guardia Imperial.

Cuando la campaña acabó en un punto muerto, los marines espaciales del capítulo de los Arcángeles Rojos pertenecientes a la 3ª y 7ª compañía, que volvían de una exitosa campaña contra los orkos del ¡Waaagh! Rebientapiñoz, decidieón asediar el planeta que originó toda aquella oleada de herejía y guerra, acabando de una vez por todas con los enemigos del Imperio.

Pero descubrieron que otro capítulo había llegado antes.

Cuando identificaron la nave insignia capitular como perteneciente a la Guardia de las Sombras, propusieron un ataque conjunto, que los hermanos de batalla de la Guardia de las Sombras se negaron a aceptar, asegurando que sus marines y la Guardia Negra podían encargarse sin problemas, por lo que sería mejor que esperaran en órbita como tropas de refuerzo.

Pese a lo dicho por el oficial de la flota del capítulo, los Arcángeles no podian permanecer ociosos mientras hijos del imperio luchaban y morian en la superficie de Zortria Secundus, y organizaron una devastadora ofensiva contra varias zonas del planeta, incluyendo la ciudad que rodeaba a la inmensa Forja-Fortaleza, convertida en un inmenso monumento dedicado al Dios del Cambio y centrado en construir armas y equipos para sus seguidores, ahora bajo el mando del hechicero del Caos Nirtthikus de los Mil Hijos.


1. Sombras del Imperio

El Capitán de la 3ª Compañía caminaba por la calle medio derruída de la ciudad, su melena blanca, decolorada como la de todos los de su capítulo, ondeaba al viento que transcurría entre las ruinas de lo que antaño fue una bella ciudad imperial. Una escuadra tactica de Guardias de las Sombras lo seguia de cerca, con las armas preparadas y los sentidos alerta.

-Aquí Strelok Stalk, solicitó la presencia de tres escuadras de la Guardia Negra acompañadas de un Leman Russ- Ordenó el astartes a traves del comunicador que llebaba en la gorgera de su peto, al tiempo que hacía señas a sus hermanos de batalla para que avanzaran.

Cruzaron la calle hasta que se encontraron cara a cara con un atrincherado grupo de renegados, que dispararon sus torretas de bolter pesado contra los marines leales, que se ocultaron rapidamente tras la pesada cobertura de los edificios en ruinas en cuanto las armas comenzaron a disparar.

Strelok disparó su pistola de plasma, matando a uno de los cultistas y vio como el hermano Persus se lebanto tras la cobertura y disparó su bolter contra el nido de ametralladoras, matando a dos de los cultistas. Tras los herejes surgió un marine de armadura colorida y deformada de maneras extrañas, propias de la disformidad.

El marine traidor disparó un bolter de aspecto dañado, hiriendo al hermano de batalla en su brazo izquierdo, obligándole a retirarse tras lo que antaño fue un muro de piedra.

-¿Cuando va a llegar el apoyo? Necesito ese blindado ¡Ya!-Bramó el capitán por su sistema de comunicación.

-Señor, nuestras tropas de apoyo están bloqueadas en un fuego cruzado a quinientos metros, tardarán en rechazar a los enemigos- Comunicó un soldado por el auricular. De fondo podían escucharse los disparos de armas laser y el inconfundible sonido del cañon del Leman Russ.

El capitán no hizo ninguna gesto. Estaban solos.

Strelok hizo una seña al hermano Corvus para que arrojara una granada de fragmentación. El marine espacial abandono la cobertura y, tras arrancar la anilla de la granada la lanzó, aterrizando esta junto al bolter pesado de los herejes.

Los cultistas que operaban el arma trataron de huir pero no fueron lo suficientemente raudos, siendo destrozados junto a la torreta fueron en una nube de sangre y muerte que acabó con la inmensa mayoría de ellos.

El resto de la escuadra salió de sus escondites, disparando contra los supervivientes. El hermano de batalla Jounus disparó a un cultista con su bolter, partiéndolo en dos, pero cayó momentos despues cuando un proyectil que provenía del bolter del marine traidor impactó en su casco atravesando el craneo del guerrero leal.

El capitán avanzó bajo la cobertura de sus hermanos hasta la posición del traidor, en la cima de una trinchera formada a partir de los escombros de un edificio, dispuesto a vengar a su hermano caido. El marine traidor, viendo que no seria capaz de maniobrar con su arma los suficientemente rapido, solto el bolter y desenvaino su cuchillo de combate. El hereje lanzó una cuchillada destinada al cuello del capitán que la esquivo con habilidad y hundiendo a Muerte Roja, su brillante espada reliquia en el casco del traidor, acabando con su vida.

Tras asegurar la posición y confirmar de que no había ningún enemigo más cerca reunió a sus soldados.

-Bien hecho hermanos -Dijo el Capitán a su escuadra para, seguidamente, mirar al apotecario- Hermano apotecario, quedate aquí con un par de hermanos para atender a nuestro herido y retirar la sagrada semilla genética del capítulo del cuerpo del hermano Jounus. Luego dirijios hasta la trinchera doce. La Guardia ha montado una cabeza de playa muy bien asegurada, y vuestra ayuda les vendría bien para que así siga siendo- Proclamó el capitán, que avanzó junto a tres hermanos de batalla para prestar apoyo a los soldados de la Guardia Negra que debian ahber venido a auxiliarlos.

Strelok y los tres Guardias de la Sombra corrieron rapidamente entre los edificios que parecían a punto de desplomarse con una evidente tensión reflejada en su rostro. No era la primera vez que esto ocurria, pues la gigantesca ciudad en ruinas se habia transformado en un lugar perfecto para el tipo de lucha de los herejes, que tendían emboscadas continuamente a sus equipos, y eso le preocupaba.

El avance de la fuerza de combate Imperial era exasperantemente lento. Daba igual cuantos enemigos mataran, cada vez aparecian más y mejor armados. La toma de la Forja-Fortaleza de Nox debia reializarse de inmediato o aquella campaña duraria siglos.

Los astartes giraron una esquina y llegaron al lugar donde sus refuerzos deberían estar combatiendo por sus vidas.

-¿Qué ha sucedido aquí, sargento?-Dijo el capitán con tono autoritario mientras obsevaba a decenas de soldados renegados muertos, unos a causa de los proyectiles de artillería y los bolteres pesados del Russ, otros por los rifles láser. Sin embargo la mayoría mostraban las desgarradoras y profundas heridas en sus cuerpos destrozados propias de las espadas sierra y heridas de bala claramente hechas por armas bolter.

-Fueron Ángeles, capitan. Ángeles Rojos que llegaron del cielo- Replicó el sargento con los ojos muy abiertos, aun asimilando el hecho de que siguieran vivos.

Strelok suspiro para sus adentros. Pese haber salido de Atlan y haberse culturizado en los regimientos de la guardia, la mayoria de los soldados pertenecientes a la Guardia Negra seguían contando las cosas de forma idealizada. Fruto de su antiguo modo de vida, mucho más primitivo y ageno a la tecnología que la mayoria de los humanos.

-Llegaron volando a salvarnos- Intervino otro soldado, con un fuerte vendaje ensangrentado cubriendole la frente y con la armadura antifrag negra llena de polvo- Descendieron con sus alas de fuego y cayerón sobre ellos. Fue increible capitán, solo eran cinco pero los herejes no tuvieron ninguna oportunidad a pesar de que los superaban diez a uno. Sus armas rugian y teñian aun más de rojo sus armaduras y cuando ya no quedo nada que matar se despidieron y se fueron volando tan rápido como llegaron en dirección hacia la Fortaleza.

El Capitán de la Guardia Negra fruncio levemente el  ceño. Tenia una ligera idea de que tipo de Ángeles podían haber socorrido a aquellos hombres.

-Entiendo. Mantened la posición y cread una zona de aterrizaje segura para nuestras tropas y que os releven. Aunque esos Ángeles os hayan salvado, prefiero que lo hagan hombres armados-Aseguró el marine, que dirigió a sus tres hermanos hacia la Forja-Fortaleza, recordando el informe de hace unas horas sobre la llegada de otros astartes aliados. 

No eran Ángeles exactamente.

Sino mas bien Arcángeles, Arcángeles Rojos.