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Los guardianes mecánicos

-Aquí la unidad 234, necesitamos refuerzos, los hostiles de piel verde oponen resistencia, dos de mis hombres han caído y el bípode está en combate directo con el de los hostiles.-Decía el soldado raso Hian 32, que disparaba su rifle de asalto contra el orko mas cercano, matándolo, para luego disparar contra dos de ellos que hacían lo propio con sus toscas armas de fuego, llegando a arrancar parte de su blindaje exterior.

Hian 32 tenía ganas de gritar, pero en lugar de eso decidió disparar, tal vez por los efectos del sistema de amortiguación emocional que tuvo que activar cuando un hacha pielverde le detrozó las servoarticulaciones de su hombro izquierdo, tras loq ue se ocultó tras la roca que le servía de cobertura mientras veía como su compañero bípode hundía su sierra de combate en el interior del bípode orko, también conocido como Dreadnought.


-¡Hola coza metalika!-Gritó uno a su izquierda, Hian 32 se giró para dispararle, pero una ráfaga del arma de fuego del orko acabó con él, que, cuando el primer proyectil impactó en su torso y dañó sus sistemas electrónicos básicos, solo podía ver pantallas de error y avisos de muerte.

Hian 32 murió tres segundos despues.

Y volvió a estar vivo trece mas tarde.

-Señor, el soldado  con el nombre de Hian 32 está otra vez operativo.-Dijo un asistente civil de voz casi inexpresiva, denotando que todavía no poseía emociones completas.

-Gracias, pero la próxima vez di que está vivo.-Le contestó un edron amenazante del temaño de un guerrero umano al que llamaban marines espaciales.-Hola Hian 32.

-Hola señor.-Contestó mientras se incorporaba, viendo como los indicadores sensoriales de vista, oido, estado del cuerpo y otros muchos factores se calibraban.-Soldado raso Hian 32 presentándose al servicio nuevamente.-Tras lo que hizo un saludo militar.

-Descansa, recuerda que no somos máquinas.-Dijo, riendo de una forma extraña al final de la frase, debía ser lo que llamaban los mas desarrollados humor.....-He exigido que recuperasen tu conciencia de tu cuerpo antes de que murieras, sé que normalmente el protocolo dicta que te enviemos un mensaje de aviso, pero parece ser que te dañaron.

-¿Y por qué lo hizo, comandante?-Dijo mientras ponía una pose mas normal mientras se acostumbraba al cuerpo de un soldado raso, que, pese a ser igual al suyo, no parecía igual.-Los soldados y guerreros morimos sin miedo, sin dolor, sabemos que nos sacrificamos por un bien mayor.-Dijo con algo de convicción.

-Si, pero eso no me impide salvarle la vida a un guerrero para obtener los mejores datos del frente de lo que debería ser una operación de flanqueo.-Contestó el comandante mientras caminaba, haciendo una seña a Hian 32 para que lo siguiera.-Qué, por lo que veo salió mal.

-Si, los hostiles nos esperaban, o eso parecía.-Contestó.-Pero durante la travesía pude ver que, pese a su número, no han cubierto de forma efectiva una zona cercana a lo que parecía ser una grieta, por lo que un equipo de asalto podría ir por allí y atacar.

-Bien, pus entonces vé con la escuadra 243, te están esperando en la zona de salida de la base.-Dijo mientras señalaba una puerta automática cerrada.-Espero que esa zona no sea muy escarpada, porque no voy a resucitarte nuevamente.





Hian 32 caminó por los pasillos de la base hasta encontrar una puerta que encajaba con lo que su comandante le hacía dicho.

La puerta se abrió a su paso, dejando ver  una sala grande, en la que cabían dos bípodes listos para el combate, que se ponían en as abrazaderas de la lanzadera, pero dejó de mirar eso para  centrarse en un grupo de soldados rasos que estaban revisando su equipo.


El grupo se reunió y Hian 32 pudo comprobar el equipamiento y la armadura de los cinco soldados de la escuadra que uba a liderar, se notaba que sus armaduras estaban bastante mas melladas que la suya, al igual que la apreciable y seca sangre que había en varios puntos de su armadura, incluida la cuchilla de combate que tenían en sus brazos izquierdos o derechos, ya que dos parecían haber hecho modificaciones en sus cuerpos.

Uno de ellos, que había pintado su cuerpo totalmente con símbolos tribales blancos se acercó con paso firme.

-Hola, soy Jui 121, sargento de este equipo y actualmente tu guardaespaldas.-Dijo con un tono analítico mientras hacía un saludo militar.

-Gracias, soy Hian 32, anterior sargento de la 234, espero poder liderarlos en esta misión.-Dijo con profesionalidad, permitiéndose el lujo de mostrar un tono de profesioanlidad propio de los orgánicos.

Tras esto otro de los soldados le lanzó un rifle dde asalto, que el edron atrapó al vuelo.

-Preparaos para partir en menos de tres minutos, cuando nuestro oficial tenga su equipamiento listo nos dará la señal.-Dijo Jui 121 mientras se alejaba junto a sus subordinados.

El cielo es de color negro

-Diario personal, He conseguido infiltrarme en el puesto de guardia de los que llaman "Piel verdes".

Una burbuja cruzó por el agua dentro del casco cuando Afil hablaba.

-Parecen brutos. Miden mas que yo, pero no son muy inteligentes... Seguramente les espantarán un par de explosiones...

Afil llevó las manos hacia delante, y siguió reptando por el sistema de ventilación. Su traje aura le restaba algo de movimiento, ya que le impedía deslizarse sobre su barriga. Por otro lado, la mantenía viva, que és lo que importaba de verdad. Oyó varias voces y se paró en medio de la curvatura. Su cuerpo estaba doblado casi 180 grado para pasar esa curvatura, y aun que era una posición de aspecto incomodo, la nidrau se doblaba sin apenas esfuerzo. Cuando las dos voces pasaron de largo, prosiguió su camino a través de la ventilación hacia la sala de generadores de energía, que según el mapa extraído por los drones edron estaba debajo suyo.

De una pulsera en la muñeca derecha salió una daga cubierta por un campo de energía. Cortó las rendijas de ventilación con la daga, las cuales cayeron al suelo. la daga volvió a la muñeca, y Afil observó a través de su casco la sala. Era grande, guardada por unos diez orkos repartidos en grupos de dos. Descendió tan rápido aprovechando las sombras, y se agachó detrás de un generador. Se movió agachada por el suelo hacia un cruce. Entonces oyó un ruido detrás suyo, se giró y observó un orko detrás suyo.

-Erez muy pekeña para eztar aki

-E...rez... mu...pe'eña... pa... ettar... ak...i...?

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